lunes, 2 de febrero de 2015

El Principe


Cuando una familia ha reinado en ellos largo tiempo o nuevos son los que adquieren por suerte o por virtud el reinado. Entonces habla de que es más fácil conservar un estado hereditario acostumbrado a una dinastía que uno nuevo ya que basta con no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores y contemporizar con los cambios que puedan producirse.

Los estados que al adquirirse se agregan a uno o más antiguo son de la misma provincia son muy fácil concentrarlos sobre todo cuando no están acostumbrados a vivir libres y para afianzarse en el poder, basta con haber borrado de la línea del príncipe que los gobernaba porque siempre que se respeten sus costumbres y ventajas de que gozaban permanecen segados solo con mucha dificultad para perderlo, dice que las colonias no cuestan y que son más fieles y entrañan menos peligro y que los damnificados no pueden causar molestias por que son pobres y están aislados y que el príncipe debe estar aliado a los de mayor poder y cuidarse de que bajo ningún pretexto entre en su estado ningún extranjero tan poderoso como él pues podría llegar a tener un mayor poder.

Habla de que todos los principados de que se guarda memoria han sido gobernados de dos modos distintos o por un príncipe que elige de entre sus ciervos para que lo ayuden a gobernar o por un príncipe asistido por nobles y así posicionarse por su linaje lo que lo hace gozar de mayor autoridad, existen también 3 modos de conservar un estado; destruirlo, erradicar en él, dejarlo regir por sus leyes obligando a pagar un tributo y establecer un gobierno que se encargue de velar por la conquista. El único medio seguro de gobernar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla quien se haya dueño de una ciudad así y no la aplaste espere a ser aplastado por ella.

El principado puede implantarlo tanto el pueblo como los nobles y los nobles cuando demuestran que no pueden resistir al pueblo a la autoridad en alguno de ellos, el príncipe que llega con ayuda de los nobles se mantiene con más dificultad que el que ha llegado con el apoyo del pueblo por que los que lo rodean se consideran iguales y se le hace difícil el mandarles y manejarles como el príncipe quiera y su permanencia es peligrosa pues depende de la voluntad de  los ciudadanos y magistrados los cuales pueden arrebatarle el poder y el príncipe rodeado de peligros no tiene tiempo ni autoridad absoluta.

Los principados eclesiásticos se adquieren por el valor o por suerte, no debe confiarse de los capitanes de mercenarios por que aspiran a ser como el príncipe y envidian su grandeza y someter al príncipe, una república debe tener sus milicias propias y el príncipe debe dirigir a la milicia y en persona hacer el oficio de capitán. Un príncipe no debe dejar de ejercitar su oficio de capitán. Todo príncipe que cumple su palabra y obra con rectitud se gana la confianza del pueblo y debe saber comportarse como bestia y como hombre, pues conviene que se transforme en zorro y en león, porque el  león no sabe protegerse de las trampas y el zorro de los lobos y en hombres pues se muestran simples y obedecen las necesidades del momento que aquel que engaña encontrara siempre al que se deje engañar, un príncipe debe mostrarse fiel, recto, religioso y así mismo tener dos cosas principalmente:

1.       En el interior que se le subleven los súbditos

2.       En el exterior que los ataquen las potencias extranjeras

Para elevarse un príncipe siempre debe ser hábil o bien protegido por la fortuna.

Vale más ser temido que ser amado, y la hipocresía se convierte en un deber.

La obra de Nicolás Maquiavelo representa una interesante perspectiva para comprender la evolución social y política del mundo moderno surgido en el renacimiento es una transformación que se ha dado con el tiempo y que se vive en esta época aunque de manera diferente.